A continuación enumeraremos los conceptos relacionados con la delincuencia juvenil:

Criminalidad: Calidad o circunstancia, que hace que una acción sea criminosa. Numero de crímenes o delitos cometidos en un territorio y tiempo determinado.

En esta segunda acepción la criminología y la criminalística tienen gran importancia social, por cuanto sirven para determinar estadísticamente la cuantía total o clasificada de los delitos y su diferenciación, por sexo, edad, raza, religión y otras circunstancias de interés.

Criminología: Ciencia complementaria del derecho penal, que tiene por objeto la explicación de la criminalidad y de la conducta delictiva individual, a fin de lograr un mejor entendimiento de la personalidad del delincuente y la adecuada aplicación de una política criminal y de las sanciones penales.

Delincuencia: Se conoce como el fenómeno de delinquir.

Delincuente: Aquel que comete actos tipificados como delitos.

Adolescente: Todo joven de ambos sexos que se halle en la edad comprendida entre los 12 y 17 años de edad.

Trastorno: Desorden del sistema, puede ser mental, psicológico. Patológico, etc.

Marginado: Apartado de todo lo que le rodea.

Marginarse: Significa “Apartarse de algo” “Salirse de lugar”.

Marginado Social: Es aquel que rompe las normas establecidas por la sociedad.

Precario: Algo o alguno de poca posibilidad, así como de poca estabilidad, inseguro.

 

EL PERFIL DEL DELINCUENTE JUVENIL

La doctrina especializada está haciendo hincapié en los últimos años, en la importancia de subrayar los aspectos cognitivos interpersonales en la descripción del carácter del delincuente juvenil, como una prometedora vía tanto para establecer eficaces programas de prevención como para elaborar modelos educacionales que permitan una eficaz reeducación. Juntamente con ello, las mayorías de los estudios descriptivos de la carrera delictiva señalan una serie de factores individuales y biográficos que caracterizan al delincuente juvenil y que llevan a la conclusión de que el delincuente juvenil es una persona con un gran conjunto de deficiencias, y una de ellas es que comete delitos.

1.- Una primera categoría de jóvenes delincuentes vendría definida por rasgos de anormalidad patológica, fundamentalmente:

Menores delincuentes por psicopatías: aquí el punto de referencia lo constituye la existencia de alguna de las formas de psicopatía, entendida como la patología integrada, conjuntamente, de la incapacidad de quien la padece de sentir o manifestar simpatía o alguna clase de calor humano para con el prójimo, en virtud de la cual se le utiliza y manipula en beneficio del propio interés, y de la habilidad para manifestarse con falsa sinceridad en orden a hacer creer a sus víctimas que es inocente o que está profundamente arrepentido, y todo ello, para seguir manipulando y mintiendo.

Consecuencia de ello, es que el menor es incapaz de adaptarse a su contexto y actuar como tal, porque el trastorno de la personalidad que sufre, le impide inhibirse respecto de conductas o comportamientos contrarios a las normas.

2.- Una segunda categoría integrada por jóvenes con rasgos de anormalidad no patológica, y en la que entrarían:

Menores delincuentes con trastorno antisocial de la personalidad: se trata de menores cuyas principales son la hiperactividad, excitabilidad, ausencia de sentimiento de culpa, culpabilidad con los animales y las personas, fracaso escolar, y son poco o nada comunicativos.

Una de las principales causa de este trastorno es la ausencia o la figura distorsionada de la madre, aunque tampoco ha de infravalorarse la disfuncionalidad del rol paterno, pues según algunos trabajos, el crecer sin padre acarrea al niño nocivas consecuencias que afectan al campo de la delincuencia.

En muchos casos se trata de menores que viven en la calle, en situación de permanente abandono, porque nos encontramos con menores que, a su edad, acumulan graves frustraciones, rencores y cólera contra la sociedad, y que tienen un mismo denominador común: el desamor, la falta de comprensión y de cariño, así como de atención y cuidado de sus padres.

3.- En una tercera categoría incluye se incluye a aquellos menores delincuentes que presentan rasgos de personalidad estadísticamente normales o próximos a la normalidad.

Son aquellos afectados por situaciones disfuncionales que no perturban de manera especialmente anormal, ni la conciencia, ni la capacidad espontánea de decisión ni la emotividad o afectividad. Esta sería la categoría que englobaría a la mayor parte de los menores delincuentes, entre los que podemos incluir, sin ánimo exhaustivo, los siguientes:

Aquellos que llevan a cabo simples actos de vandalismo, ataques al mobiliario urbano, etc., como consecuencia de las perturbaciones psicobiológicas que producen la pre adolescencia y la adolescencia por motivos de desarrollo y cambio.

 

 

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:

La delincuencia juvenil abunda en todas partes, sin distinción de núcleos sociales, ciudad o país, por ello nuestra investigación estará orientada a definir las causas o fuentes que influyen o conllevan a un joven a convertirse en delincuente.

El incremento de los jóvenes que ingresan a una banda cada día aumenta, y como consecuencia de esto las bandas tienen un incremento, la televisión y parte de los medios de comunicación masiva, influyen en los jóvenes, ya que imitan las culturas de jóvenes de países avanzados. Sumado a esto problemas personales, familiares, sociales, económico, y sobre todo la falta de oportunidad a la educación los jóvenes que están dispuestos a tentar contra su persona, consumiendo droga, alcohol, cometer delitos mayores, menores, y sobre todo el daño moral que le causan a sus padres son grandes. La gran cohesión existente, y que mantiene unida a estas bandas, suponen un estudio a fondo de diversos factores como la búsqueda de comprensión, el sentirse apreciado, factores sociales, psicológicos y naturales.

La perspectiva del riesgo psicosocial posibilita analizar tanto las características del entorno inmediato o distante como las características personales que aumentan la probabilidad de que los jóvenes manifiesten dificultades en su desarrollo. También permite estudiar el modo en que diversas variables, (entre ellas la influencia de los pares, las características de la familia, la comunidad y la cultura) interactúan con vulnerabilidades individuales (por ejemplo las características cognitivas, temperamentales), sensibilizando a las personas ante ciertos riesgos.

Debido a ello, este enfoque enfatiza la necesidad de analizar la forma en que diversos factores de riesgo interactúan en la generación de fenómenos como la delincuencia protagonizada por jóvenes. Este enfoque, además de poner en perspectiva la influencia conjunta de variables macrosociales e individuales, rescata las capacidades de muchos jóvenes que, pese a las adversidades que enfrentan, logran desarrollar trayectorias de vida que no manifiestan este tipo de problemas.

Es muy importante ser precavido en la materia, ya que conocer los factores de riesgo a los que se ve expuesto un niño o joven no produce certeza total de que se vaya a alterar el desarrollo esperado del joven; más bien ayuda a estimar la probabilidad de que esto ocurra. Considerar una probabilidad como una certeza en materias de prevención social es un grave error, ya que se sabe que un niño o joven puede coexistir con todos los factores de riesgo posibles, y, sin embargo, no externalizar comportamientos de riesgo.

La criminalidad se conoce como la calidad o circunstancia que hace que una acción sea criminosa. Como también el número de delitos o crímenes cometidos en un territorio y tiempo determinado.

A diario, podemos observar como adolescentes y hasta niños de muy poca edad delinquen, dando alarde de violencia aparentemente gratuita e injustificada hacia los demás.

Los niños y adolescentes que incurren en hechos punibles se pueden distinguir en edades comprendidas entre los 9 hasta los 17 años de edad.

Son diversas las causas que conllevan a niños y adolescentes a inducirse en este mundo, pueden ser orgánicas, fisiológicas, patológicas, influencia externa como en el medio que se desarrolla los primeros años de su vida, carencia de afecto y atención por parte de los padres o simplemente mala orientación.

Por otra parte, es importante saber acerca de las razones que conducen a estos jóvenes a actuar de tal manera, hay quienes piensan que los jóvenes se revelan como una forma de llamar la atención o sentirse importantes ante la sociedad, pero la realidad es que existen muchos factores de peso que conllevan a los adolescentes a cometer actos vandálicos.

Los adolescentes que cometen actos fuera de los estatutos impuestos fuera de la sociedad es un problema que se hace más inquietante cada día, las estadísticas indican cifras en constante progresión. La edad de los jóvenes tiende a descender cada vez mas y se incrementa hacia las adolescentes.

A la luz de la criminología, los niños y adolescentes que están inmersos en el fenómeno de delinquir ha aumentado en los últimos tiempos pasando a ser un problema que cada vez genera mayor preocupación social, tanto por su incremento cuantitativo como su progresiva peligrosidad cualitativa.

 

ESTA GRAFICA NUESTRA EL NIVEL DE LA DELINCUENCIA

 

Factores que influye en la delincuencia

Factores sociales que influyen en los individuos desadaptados:

Uno de los principales factores relacionados con la delincuencia ha sido el factor económico. Existe cierta correlación, pero no podemos decir que sea la causa. La economía está relacionada con otra serie de factores que a su vez influyen en la delincuencia:

  • Sistema familiar: familias numerosas, desintegración familiar, violencia doméstica, abandono familiar,…
  • Absentismo escolar: si no van al colegio no aprenden y no estarán capacitados para realizar trabajos en el futuro. Además, en las horas en que no están en el colegio no están con niños de su edad, sino que están con mayores de los que aprenden conductas modelo. El fracaso escolar está relacionado con el aprendizaje de conductas delictivas. Se acaba abandonando el proceso educativo y empiezan a frecuentar otros ambientes de pandillas de chicos como ellos.
  • Ámbito relacional: El niño empieza a tener un ambiente muy restringido, con características no positivas, que le va enseñando un código de lenguaje. El líder suele ser alguien con contacto con el mundo de la delincuencia (ej: tiene un familiar en la cárcel).
  • Malas condiciones de vivienda, sanidad

 

 

DELINCUENCIA

Indiscutiblemente que toda la responsabilidad encarnada en el concepto de seguridad ciudadana le corresponde al estado, en el caso de Guatemala con inicial minúscula aludiendo a la minúscula dimensión en que el Gobierno la está cumpliendo, a pesar de que como ya fue apuntado, la actividad delincuencial raya en la barbarie. Frente a esta tragedia cotidiana, las más altas autoridades de Gobierno, empeñadas en la tarea política de proyectar un artificial clima de sosiego y de privilegiar los intereses de grupos e individuos que respaldaron y financiaron la campaña electoral que los llevo al poder, asumen la infantil postura de desviar (insultando la inteligencia de todos) nuestra atención hacía cuestiones de importancia relativa, los distractores abarrotan la plana informativa de los Medios de Comunicación (mas que todo escritos) buscando minimizar en la opinión pública nacional e internacional, el impacto social del problema maras, aun a sabiendas que todo mundo esta conciente de la trágica gravedad de la situación, como es de esperarse, este Gobierno como los anteriores, pretende tapar el sol con un dedo y ocultar que la responsabilidad de gobernar al país les quedo demasiado grande, no solo por falta de voluntad política, sino por la ausencia de un proyecto de Nación, a partir del cual, pueda gobernar de manera coherente o por lo menos honrando sus promesas de campaña.

El nefasto panorama de inseguridad generado por la incontenible embestida de la delincuencia común y de las maras, hoy mas que nunca pone de manifiesto la incapacidad de la PNC para ejercer algún control y proteger al ciudadano, las causas de tal condición son diversas y dolorosas y se enlistan tanto de forma como de fondo: La falta de recursos económicos de la institución, un entrenamiento deficiente, una mediocre selección del elemento humano, una débil estructura de mando, obsoletas técnicas de prevención del delito, falta de manejo de estrategias globales de contención y control del delincuente, escasa formación de conciencia ciudadana de los elementos y como factor crítico, la ausencia total de convicción en la fe del deber, denominador casi común a los elementos de la PNC crea un vació que los arrastra velozmente a corromperse aun en el período de entrenamiento.

La suma de las carencias enlistadas aplicada al ejercicio de calle, asimila a los elementos a una realidad que subyace bajo el escenario de lo convencional y que enfrenta a estos individuos con escasa o ninguna instruccion a la compleja telaraña de situaciones y riesgos que supone estar de uno u otro lado de la ley, muy temprano se convierten en victimas y cómplices y en muchisimos casos en actores del delito, de agentes policiacos pasan a ser vulgares criminales bajo la sombra de la autoridad y, como si esta tragedia fuese poco, para colmo de males y como sordida ironia delinquen cobrando un salario que pagamos nosotros los guatemaltecos.

 

 

 

La delincuencia en guatemala

 

Guatemala atraviesa actualmente por uno de los períodos más difíciles de su historia en lo atinente a la evidente incapacidad del gobierno para proveer a los habitantes un mínimo de seguridad frente al desbordado Vandalismo que impera en todo el país especialmente y en una dimensión que raya en la barbarie a nivel de la ciudad capital y municipios aledaños, es tal el poder que han logrado alcanzar la delincuencia y las maras, que la autoridad titular encargada (PNC) de atender tal situación confiesa (y aun no lo hiciera) no disponer de la capacidad necesaria para ejercer algún control sobre tales grupos de maleantes mucho menos para reducirlos.

Los guatemaltecos presenciamos con horror como cada día crece, se amplía y se afianza el poder de la delincuencia común y las maras, los pandilleros se están haciendo poderosos a costillas del ciudadano honrado e indefenso, cobran arbitrios para no matar, amedrentan a los vecinos que en resguardo de su vida abandonan sus viviendas cediéndoles mas territorio, las maras intimidan, extorsionan, secuestran, roban, violan, asesinan y frente a esta desolación, el ciudadano descubre que esta totalmente desprotegido, no solo se siente impotente realmente lo esta, porque no tiene la posibilidad de defenderse o de enfrentar a estos grupos criminales.

El clima de zozobra generado por la empeñosa actividad de las maras y la incomprensible pasividad de los entes gubernamentales encargados unos de ejercer su autoridad para proteger a los guatemaltecos y otros de impartir pronta justicia nos está llevando al caos total. Ante el panorama incierto que plantea la manifiesta ingobernabilidad que alienta la flojera del Gobierno y como consecuencia de su situación desesperada el ciudadano común, cae en la tentación de organizarse (y talvez armarse) por su cuenta para hacer justicia por propia mano, cegado por la desprotección que afronta no logra visualizar los riesgos inherentes a esta nueva amenaza, la organización que inicialmente se inspira en los nobles postulados de proteger y resguardar la vida y los bienes de quienes la integran pudiera en algún momento llegar a ser poderosa, ese mismo poder a su vez será capaz de corromperla y Dios no lo quiera, un día no muy lejano convertirla en un nuevo enemigo de la comunidad que la creo y alimento esperanzadamente.